Martha Higareda sufre... ¡Le fregaron sus teclitas! Ö
Sí, es cierto que las tiene chiquitas. Sí, también es verdad que cuando sale encuerada en las películas exhibe unas chichitas como de perrita chihuahueña, pero de todos modos es una zona femenina digna de respeto y admiración porque, la neta, no las tiene como para hacerles el feo, eso nunca.
Por lo anterior, lamento hasta lo más profundo de mi alma que Martha Higarea padezca una severa irritación en sus pezoncitos redondos. Lo que pasó es que la actriz se compró algunos chicheros (brasieres, pues) cuya característica principal era que le dieran realce en esa parte de su cuerpo, pero lo malo es que la tela le provocó rozaduras, y ya sabemos que cuando se irrita esa parte, ay güey, cómo es molesto, de tal modo que Marthita combate su malestar con pomaditas de la mejor calidad.
Sin embargo, no hay mal que por bien no venga porque ahora, según cuentan algunas amistades de la actriz, anda por su departamento encueradita de la cintura para arriba, o sea, con las teclitas al aire, y aunque nadie puede verla, con solo imaginarla andando de aquí para allá con sus bubitas en libertar, pues uno echa a volar su imaginación y eso representa un beneficio.
Dulce María se aumenta las chichis... ¡Vientos! :O
Esa es la actitud, carajo. Resulta que Dulce María, quien siempre luce sabrosa y cachonda, ha decidido incrementar el volumen de sus bubis, lo cual festejo con bombo y platillo a nombre de todos los caballeros cochinotes que siguen fielmente esta columna.
La razón de la cantante y actriz para aumentarse los pectos es que quiere destacar en Estados Unidos como intérprete y, para ello, piensa que indispensable lucir voluptuosa, pues de otro modo no tendría manera de competir con tanta vieja buena que hay en ese país.
Y bueno, tenga razón o no, la cosa es que ya acudió con un cirujano plástico de toda su confianza (sí, le atinaron, el venido a menos Krasovsky) para que le muestre proyecciones en computadora de cómo se vería con un ligero aumento en las chistosas. Dice Dulce María que nada más quiere una talla más, para no irse de boda ni espantar a nadie.
Y pues eso estará bien, estoy seguro de que se verá más chida... y si triunfa o no en la Unión Americana es cosa que a muchos nos viene valiendo sombrilla, el asunto es que nos llene el ojo con su suculenta pechonalidad.
Fuente: Luis Adrián Ysita.
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