No me gustó Libre para amarte
Miércoles, 19 de Junio del 2013
twitter@LupitaReyes
He visto telenovelas durante más de 20 años. Pocas veces por gusto y muchas otras por obligación. Después de tanto tiempo, es normal que cualquiera que vea estas historias acabe distinguiendo una buena o mala telenovela desde su primer capítulo. Ni se me ocurre darme aires de crítico de televisión, porque nada carga más que un pedante dándose aires de experto. Me limito, con toda la sobriedad posible, a decir si me gustó o no un melodrama y a dar las razones del porqué.
Ha ocurrido que varios lectores de este espacio me han escrito reclamándome: "nadie puede predecir si una telenovela es buena o mala con un solo episodio".
Y como mujer libre que soy, tanto en mi casa como en este espacio, puedo escribir lo que me venga en gana y no hago predicciones, sino afirmaciones. Así que aquí me tienen hoy, con su permiso, pudiendo.
Vi el primer capítulo de la historia de las 20:15 de la noche y al principio estaba confundida, no sabía si lo que veía era María de todos los Ángeles o Libre para amarte.
La duda se despejó al final del capítulo, cuando me di cuenta que nada me había causado la mínima gracia. No fue María de todos los Ángeles, pero lo parecía, sólo que sin la gracia de María y Albertano. ¿Que no es una comedia? Pero tampoco es una historia de amor o un drama. Nada de lo que pasó ahí me conmovió, me interesó, o me dejó picada para sintonizar los siguientes capítulos.
La historia va de una taxista como ninguna otra, sin expresión alguna en la cara por 10 litros de botox, con harto colágeno en los labios, con un maquillaje impecable, ropa recién comprada, champú y pistola de tres horas y excelente manicure. Tiene un novio que "es la razón de su existir", pero cuando conoce a otro hombre se le van los ojos porque es "especial". ¿Cómo lo dedujo? Porque le ayudó a cambiar una llanta. Ese hombre tiene un padre millonario, que no parece su padre porque él es guapo y flaco, y el padre feo y gordo porque se la pasa tragando carne a la parrilla en su oficina. El padre es el cacique de un putiferio disfrazado de sitio de taxis, o eso lo hicieron parecer, porque está lleno de chichifos y lumis, quienes intentan ser graciosos sin lograrlo.
Desde ahora ya sabemos que el novio de María de todos los Ángeles la defraudará, ella y el rico se enamoran, pero pasan por muchas desventuras y terminan siendo felices. La misma historia de siempre, la diferencia está en cómo la cuentan y aquí, por lo que vimos, los libretos ya tienen la mano de muchos listillos encima. Además, los protagonistas ya se ven mayores para interpretar a unos jovencitos bobalicones.
La entrada es un homenaje a El libro de la selva y me agrada que le hagan su veneración póstuma a Rudyard Kipling, sólo que no entiendo el porqué. Lo que se pasa de castaño oscuro son los parlamentos y escenas del torso desnudo de Leny de la Rosa, ¡qué raro, hasta parecen metidos a calzón! En fin, que su debut fue de 23.3 puntos de rating y 52.2 de share. Es decir, la barra nocturna está en riesgo de desplomarse con los 20 puntos de La tempestad y los 16 de Mentir para vivir.
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