Cruel atentado contra Claudia Ramírez: ¡Furtivo cagón le apesta el baño! =D

Ya no hay respeto, y bueno, la neta es que la caca jamás ha respetado a nadie, por eso Claudia Ramírez, quien a pesar de los años se mantiene suculenta, fue víctima de un atroz atentado, pues resulta que un desesperado sujetó defecó  en el baño privado de la actriz y se lo dejó con una pestilencia tipo pulquería retro.

Aquí les va el detalle de este misterioso caso:

Resulta que la actriz fue a grabar escenas de la telenovela 'El Color de la Pasión' a una locación, es decir, fuera de los foros de televisión, por lo cual ella fue trasladada en un cámper, que es una pinche camionetota con camerino, mesita para comer, sillón para sentarse o acostarse a dormir, tele y, claro, un baño. Entonces, Claudia se dedicó a cumplir con su deber y andaba echándole talento a sus escenas, hasta que, claro, le dieron ganas de tirar el agua, o sea, de ir a mear, como cualquier cristiano, vaya.

Pero al abrir la puerta de su cámper... ¡en la madre!... que le llega el terrible chingadazo:

Un olor capaz de irritarle los ojos y las vías respiratorias al mismo diablo. Era ese olor, según le contó Claudia Ramírez a sus amigas cercanas, un verdadero fruto del infierno. No manchen, algo casi indescriptible.

Y que sale la actriz superencabronada en busca del productor Roberto Gómez Fernández, para hacerla de jamón, con justa razón. ¿No creen?

El productor, la neta hizo un gran esfuerzo para aguantar la risa y escuchó con atención el singular reclamo. Y no sabía que hacer. Luego la actriz le expuso una hipótesis, la cual tenía tintes claros de realidad. Le dijo que de seguro algún jalacables, camarógrado o sonidista, andaría sufriendo diarrea y al ser atrapado por la desesperación a causa de una repentina fuga de mostaza, se habría metido al cámper a soltar la calabaza en el baño de la prestigiada estrella.

Respiró aliviado y le dijo a Claudia Ramírez que se iniciaría una investigación al respecto y que cuando fuera descubierto y atrapado el cagón... se le aplicaría una fuerte sanción, y ahí acabó el embrollo.

Crédito: Luis Adrián Ysita